Quizás dudó demasiado, no se animó a tomarlo con fuerza o se demoró su amigo en tomarle la foto, pero mientras se acomodaba, el pez tomó fuerzas, se impulsó con su cola hacia el agua y consiguió volver a su hábitat natural.
La escena le pareció graciosa a los mismos protagonistas que la mandaron a una cuenta de YouTube que suele subir ese tipo de videos y en dos semanas alcanzó más de un millón de reproducciones. Al menos las imágenes sirvieron para confirmar que efectivamente había capturado una carpa de esas proporciones.
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