El desplazado superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino, reveló este miércoles que el argumento del ministro de esa cartera, Jorge Lemus, para pedirle la renuncia, fue que hubo "cierta incomodidad de un sector del Gobierno con la marcha de la CGT de ayer", y consideró "un poco incomprensible" esa solicitud.
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"Realmente me resulta tal vez un poco incomprensible, porque ya hace 15 meses que asumí y desde el primer día mi rol es técnico, no soy dirigente político ni sindical, tengo casi 40 años de médico", expresó Scervino, quien negó ser "militante sindical" y remarcó que desde el Ejecutivo lo buscaron para ese puesto porque es "un técnico idóneo con la seguridad social".
En declaraciones a las radios El Mundo y Milenium, el saliente funcionario dijo que "no es verdad" que haya llegado al cargo por su cercanía con el sindicalista José Luis Lingeri, aunque admitió que por su trayectoria durante "15 años" como director de Obras Sanitarias, "obviamente" mantiene "una relación" con él.
Uno de los dirigentes del oficialismo que habló hoy sobre el tema fue el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, quien aseguró que los apartamientos de Ezequiel Sabor de la Vicejefatura del Ministerio de Trabajo y de Scervino de la Superintendencia de Servicios de Salud "es más un alineamiento de equipo interno" que un gesto "para afuera" por la marcha de la CGT.
Sin embargo, calificó en diálogo con radio Mitre como "política" a la movilización a Plaza de Mayo de ayer, al sostener que hubo "nueve meses consecutivos de crecimiento de trabajo privado", y criticó a la central obrera al quejarse de que, "en vez de buscar mesas de diálogo", marcharon.
Scervino estaba al frente de la estratégica Superintendencia de Servicios de Salud, que maneja millonarios fondos de las obras sociales.
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