Portada  |  15 noviembre 2016

Espías deberán pasar por el detector de mentiras

Analizarán sus voces para hallar posibles irregularidades.

Política

La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) comenzó hace una semana a utilizar la "máquina de la verdad" para identificar posibles irregularidades en el proceder de los espías. Así, la depuración que puso en marcha el Gobierno desde que asumió en la ex SIDE sumó un nuevo elemento, el polígrafo, para revisar el comportamiento de los 1700 integrantes.

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Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, director y subdirectora de la AFI, se decidieron por la utilización del polígrafo para identificar agentes en falta. Según indicaron fuentes del sector al diario La Nación, el grado de efectividad del detector de mentiras es del 87%. Y si bien no se trata de algo vinculante, fallar en la prueba será casi una sentencia de salida de la AFI o, al menos, de relocalización.

Incluso, tampoco es obligatorio -salvo para la primera camada de agentes que ingresó en la AFI hace unos días-, pero esquivar el detector de mentiras equivaldría a una confesión. "Si se niegan es porque algo esconden", razonaron fuentes oficiales ante el matutino.

No hay un listado armado a priori, sino que todos serán citados al menos una vez al año. Sobre los espías que haya dudas o sospechas de que "andan en algo raro" se repetirá las veces que sea necesario. Y, como el doping en el fútbol, será aleatorio.

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La conducción de la AFI busca "profesionalizar" a los agentes y avanzar con la purga que pusieron en marcha desde que asumieron. Esto también forma parte del plan para acelerar la partida de los "viejos espías". Arribas, conocido como el "Señor 5", desconfía de la "vieja estructura", que está enquistada desde hace al menos dos décadas y por eso quiere "jubilar" a los agentes que tengan más de 20 años de servicio. El detector de mentiras es un instrumento más para lograr el objetivo.

El polígrafo -utilizado por las principales agencias de inteligencia del mundo- mide el pulso, la respiración, la humedad de la piel, la presión sanguínea y otros cambios en el organismo. Aquellos espías que accedan al test serán conectados a la máquina y deberán responder una serie de preguntas.

"El fundamento del detector es que ante el interrogatorio de una autoridad se produce una descarga emocional mediada por el sistema nervioso autónomo. El estrés es la relación entre la amenaza, en este caso las preguntas, y la modalidad de las respuestas. Esos cambios biológicos pueden ser detectados", explicó el Dr. Daniel López Rosetti, jefe de Servicio de Medicina del Estrés del Hospital Central de San Isidro.

Cuando una persona miente, según el especialista, se produce una serie de manifestaciones: aumento de la frecuencia cardíaca y la respiración, aumento de la presión arterial, aumento de la conductividad eléctrica de la piel -por la mayor transpiración- y la dilatación de la pupila, entre otras cuestiones. "Lo que registra el equipo es en definitiva la reacción de estrés agudo frente a la necesidad de mentir en un interrogatorio", describió López Rosetti.

La puesta en marcha del detector de mentiras es otro capítulo en la lucha interna que están dando Arribas y Majdalani. El espionaje continúa convulsionado y las operaciones de inteligencia se suceden sin control.

Fuente: La Nación

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