Se trata del bancario Alex Mauro, quien declaró como testigo por videoconferencia desde Suiza ante el Tribunal Oral Federal 4, y respondió preguntas de los jueces y de todas las partes. La declaración de Mauro fue como testigo bajo juramento de verdad desde la sede de la fiscalía suiza.
"Se hablaba de un importe de 25 millones de dólares, para nosotros, en ese tiempo eso sólo ya significaba que se trataba de alto riesgo. El otro riesgo era el sector de actividad, la empresa se dedicaba a la construcción de obras públicas, y por lo tanto con esta actividad necesariamente tenía relación con el sector público", expuso el ex empleado del banco suizo.
En su testimonio, ratificó que después de abrir una primera cuenta a nombre de la Fundación Kinsky para depositar unos 25 millones de dólares en 2012, el entonces contador de Báez, Daniel Pérez Gadín, le presentó a otro de los acusados, Fabián Rossi, y éste le pidió abrir otras dos cuentas más.
Además, informó que los beneficiarios de todas esas cuentas eran los cuatro hijos de Lázaro Báez: Leandro, Melina y Luciana y Martín, este último detenido por orden del Tribunal.
Según Mauro, el "propósito de las cuentas era recibir el dinero de los hijos del señor Báez" y que el procedimiento interno en el banco fue para clientes considerados de "alto riesgo".
Tal cual detalló, los cuatro hijos de Báez eran beneficiarios, pero no tenían firma en las cuentas que se abrieron a nombre de distintas sociedades como ser "Helvetic Group" y "Tindal".
El juicio contra Lázaro Báez entró en su tramo final, incluso el Tribunal fijó su indagatoria para el 20 de noviembre próximo, tras lo cual se prevé que se de lugar a los alegatos con los pedidos de pena de la fiscalía, las querellas y luego las defensas.
Foto: Agencia Télam / web
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