“No te lo alquilaría aunque fueras la última persona sobre la Tierra. Una palabra lo dice todo. Asiática”. Ese mensaje le mandó una anfitriona de Airbnb a una joven que pretendía alojarse en su departamento y que se llevó una sorpresa al encontrar que a última hora le habían rechazado la reserva por motivos racistas.
Ocurrió el pasado 17 de febrero y la sentencia se conoció el pasado 13 de julio. Dyne Suh, estudiante de Derecho en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), había alquilado una casa través de la plataforma en Big Bear, en Los Ángeles. Cuando ya estaban por llegar, la joven –que es ciudadana norteamericana– contó que la dueña canceló la reserva, hecha un mes antes para dos personas.
Sin ningún tipo de pudor, la dueña de la casa le rechazó de forma rotunda el alquiler y tras el reclamo de la joven, que le dice que va a contactar a Airbnb, la mujer le contesta: “Por eso tenemos a Trump”, en alusión al presidente de Estados Unidos.
La dueña de la casa Tami Barker deberá pagar una multa que asciende a los 5000 dólares, pero además tendrá que escribir una disculpa personal a la clienta, acudir a un curso universitario de estudios asiático americanos, participar en un panel de educación comunitaria, hacer trabajos de voluntaria en alguna organización de derechos civiles y comunicar al Departamento cualquier información sobre sus alquileres durante cuatro años.
Cuando todo sucedió, justo estaba presente un equipo de televisión de la emisora local KTLA, por lo que un periodista entrevistó a Suh llorando en medio de la nevada.
Según informa el diario El País, a ello se suma que Airbnb la echó de por vida de la plataforma de alquileres. El jueves, Suh publicó en su página de Facebook que está “muy contenta de que la resolución de este caso incluya tomar un curso de estudios asiático americanos”. “Espero que más víctimas de discriminación se animen a contar sus propias historias”, apuntó.
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