Un hombre de 22 años de Gran Bretaña que pesaba más de 100 kilogramos se someterá a sentencia este viernes tras ser acusado de homicidio infantil. El joven se declaró culpable siete meses después de haber causado la muerte de su hija de tres años al dejar caer su peso de 100 kilos sobre el estómago de la pequeña, causándole fuertes traumatismos en el abdomen, lesiones hepáticas y renales que acabaron con su vida.
Tras producirse este desagradable suceso en 2015, el acusado mandó a la niña a la cama y le dijo a la madre que le dolía el estómago, suprimiendo la verdad de lo ocurrido. La pequeña no pudo soportar los dolores y falleció al día siguiente. Sin embargo, el hombre no admitió el crimen hasta siete meses después.
"La vergüenza, la culpa y el miedo le dejaron paralizado", explica el psicólogo que trató al hombre. La madre de la pequeña en el momento de declarar ante la Corte Suprema tuvo que limpiarse las lágrimas y excusarse en numerosas ocasiones mientras expresaba su dolor, según informa Daily Mail.
"Me mintieron durante siete meses hasta que supe la verdad. Ya no confiaba en nadie después de haber sido traicionada con esto", añade la madre. El hombre dice que este episodio le generó una ansiedad severa que le llevó a perder 44 kg desde la muerte de su hija.
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