Portada  |  14 abril 2017

Se cumplen 3 años del secuestro de 276 estudiantes nigerianas: aún quedan 195 raptadas

Dos jóvenes víctimas del grupo terrorista nigeriano Boko Haram explican su experiencia a 3 años del secuestro de 276 chicas.

Internacionales

Anteojos negros, identidad cambiada. Sa'a es una de las 276 estudiantes secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram el 14 de abril de 2014. Cuando el grupo de hombres armados irrumpió en su escuela secundaria, ella tenía 15 años.

"Fue una experiencia terrible", recuerda Sa'a. "Estábamos haciendo nuestros exámenes y los hombres entraron gritando. Nos reprocharon que estuviéramos estudiando. Nos juntaron y nos exigieron que hiciéramos lo que decían porque de lo contrario iban a dispararnos. Los profesores huyeron".

La joven, que tiene ahora 18 años, contó su experiencia acompañada por Rachel, otra víctima de Boko Haram, en el Foro de Educación y Habilidades 2017 que se celebró en marzo en Dubai, organizado por la Fundación Varkey.

Las estudiantes pronto supieron que se trataba de Boko Haram. Sa'a llegó a llamar a su padre. "Mi padre me dijo que no corriera porque sino iba a entrar en contacto con ellos", contó.

Los hombres armados quemaron entonces los libros y el colegio, y amontonaron a las estudiantes en un camión.

"Entramos y yo le dije a una de mis amigas que iba a saltar. Prefería hacerlo y morir antes que ir con ellos y que mis padres no me encontraran", explica hoy.

Después de un largo recorrido, Sa'a y su amiga saltaron. Con su amiga herida y casi sin poder caminar encontró a un pastor que las llevó en bicicleta a su pueblo y las alejó de allí.

Sa'a permaneció escondida 4 meses en su casa. "Boko Haram publicó un video en el que decía que iba a matar a los que habían escapado y a sus familias si los encontraba", afirmó. Por eso, ahora usa un seudónimo y ya no vive en su país.


Hoy, Sa'a estudia medicina en Estados Unidos, gracias a la ayuda de una ONG que asiste a 3.000 jóvenes en Nigeria.

Sólo algunas estudiantes más escaparon como ella, otras fueron devueltas tras las negociaciones del grupo terrorista con el Gobierno. Todavía siguen desaparecidas 195 jóvenes.

"El día que recibí la noticia de que algunas habían vuelto me sentí feliz y triste. Las que volvieron lo hicieron con traumas, muchas de ellas habían sido madres y sus miradas eran diferentes de cuándo las conocí. Ahí decidí que hablaría para que vuelvan mis compañeras perdidas", agregó Sa'a.

A su lado está Rachel, también con gafas oscuras. Boko Haram mató a su padre y a sus tres hermanos menores. "Yo quería ser doctora pero cuando perdí a mi padre y a mis hermanos mis ambiciones cambiaron. Quiero ser una militar a un nivel alto para tener un país seguro", expresó.

"Vi cuerpos muertos, mucha gente herida. Me siento muy mal y no sé cómo se sentirían ustedes si estuvieran en mi lugar", se preguntó.

Sa'a, por su parte, dice que quiere ser una inspiración para los estudiantes de su país y ayudar a los niños que no pueden volver al colegio.

Boko Haram es un grupo radical que opera en Nigeria, Niger, Camerun y Chad. Se hizo conocido tras el secuestro de 276 alumnas.

Los yihadistas ya secuestraron a más de 10.000 mujeres y asesinaron a centenares de alumnos varones en internados cristianos desde el inicio de la guerra.

Unas 2.000 personas escucharon a Sa'a y a Rachel en silencio. La gente aplaudió de pie y con carteles en las manos con la leyenda: #BringBackOurGirls (devuélvannos a nuestras chicas). Un clamor que helaba la piel.

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