El cacique Aritana Yawalapiti, un reconocido líder indígena de la Amazonia brasileña, falleció este miércoles por la pandemia del coronavirus, por lo que ya son alrededor de 640 los muertos entre los pueblos originarios del país.
La muerte del cacique, de 69 años, fue confirmada por sus familiares en un mensaje difundido en las redes sociales. Se produjo 15 días después de su hospitalización en la ciudad de Goiania, a la que fue trasladado de urgencia desde las selvas del Alto Xingú, una de las regiones indígenas más afectadas por el brote de la enfermedad.
El trayecto en una ambulancia, equipada con cinco tubos de oxígeno, desde la aldea de Aritana hasta Goiania, capital del estado central de Goias, demoró unas diez horas, según informaron los médicos responsables de su traslado.
"Vamos a salir de esto. Somos guerreros", había declarado a periodistas el líder indígena al ser internado en el hospital, donde finalmente murió hoy tras pasar la última semana inconsciente y entubado.
Aritana era conocido en el país por haber sido uno de los escuderos del cacique Raoni Metuktire en la defensa del mayor pulmón vegetal del planeta durante las últimas décadas y pasó toda su vida en la aldea Yawalapiti, enclavada en el corazón del Alto Xingú, una de las zonas indígenas más conflictivas por la constante acción de mineros y madereros ilegales.
En las últimas semanas, también habían fallecido un hermano y una sobrina de Aritana, quien había advertido sobre el peligro que entrañaba esa enfermedad para los pueblos indígenas, que carecen de redes sanitarias apropiadas y son parte de los grupos más vulnerables.
Según la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), entre los cerca de 900.000 indígenas que viven en el país, ya se registraron 22.325 casos de COVID-19, de los cuales 640 fallecieron.
El coronavirus ya ha afectado a 148 de las 305 etnias, que en su mayoría viven en reservas situadas en la Amazonia, precisó la organización.
Ante esta situación, el alcalde de Manaos, la capital del estado brasileño Amazonas, Arthur Virgilio Neto, acusó en mayo al presidente brasileño Jair Bolsonaro de "no interesarse por los indígenas” frente a la pandemia de coronavirus y dijo que temía "un genocidio" de las comunidades originarias en toda la Amazonia.
Dos meses más tarde, una coalición de más de 60 sindicatos brasileños denunciaron también por genocidio al mandatario ante el Tribunal de La Haya, por considerar que su gestión de la pandemia causó una "tragedia general" en el país.
Con casi 96.000 decesos y poco más de 2,8 millones de contagios, Brasil es el segundo país más golpeado por la pandemia en el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos.
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