Portada  |  21 octubre 2019

Manifestantes toman el centro de Santiago y la policía vuelve a reprimir

Miles de personas copan la céntrica plaza Italia de Santiago este lunes, en la mayor manifestación popular en este lugar desde el inicio el viernes de las protestas por el alza del pasaje del metro que derivaron en un fuerte estallido social. Ya se cuentan 11 los muertos en medio de las protestas.

Internacionales

Si el detonante del conflicto fue el aumento de la tarifa del metro, con el correr de las horas las protestas se hicieron eco de otras reivindicaciones en una sociedad que incuba desde hace años descontento con un modelo económico cuyo acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y alza de los servicios básicos, informa AFP.

"Que se vayan los milicos", gritaban a coro aquí los manifestantes, en abierto desafío a las fuerzas militares y policiales que resguardan en gran número el centro de la capital chilena, bajo estado de emergencia.

Un equipo de Telefe Noticias se encuentra en el país vecinos para mostrar lo que está sucediendo en las calles de la capital chilena, donde los manifestantes dicen que la prensa local no está informando de forma veraz los hechos.

Cifras oficiales

El ministro de Salud, Jaime Máñalich, informó de su lado que hay 239 civiles heridos -ocho de ellos en riesgo vital- al cabo de estos días de protestas.

El titular de la cartera de Interior, en tanto, dijo que 50 policías y soldados también resultaron heridos. La Fiscalia informó además de 2.151 detenidos en todo Chile.

En este primer día laboral desde el estallido social, muchos empleadores cancelaron las jornadas de trabajo y las clases estaban suspendidas en prácticamente todos los colegios y universidades.

Las autoridades calcularon en 20.000 los puestos de trabajo afectados por la destrucción y la bolsa de Comercio de Santiago caía en las primeras horas de operaciones más de 4%.

La falta del metro -eje del transporte público, con unos tres millones de pasajeros por día-, era lo que más se extrañaba en esta ciudad de casi siete millones de habitantes, obligados a hacer largas filas para tomar autobuses o acceder a las pocas estaciones del ferrocarril metropolitano abiertas.

El pedido de Bachelet

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y expresidenta de Chile, Michele Bachelet, exhortó este lunes al diálogo en su país, donde las protestas del fin de semana dejaron ya 11 muertos, y pidió a los manifestantes que salgan a la calle "de forma pacífica".

“Exhorto al gobierno a que trabaje con todos los sectores de la sociedad hacia soluciones que contribuyan a calmar la situación", dijo Bachelet en un comunicado.

Las protestas en Chile estallaron el viernes, cuando se anunció una alza en el precio del pasaje del metro, pero muy rápidamente las manifestaciones derivaron en un furioso estallido social que denuncia la desigualdad social, las bajas pensiones o el alto precio de los servicios básicos, entre otros.

Bachelet pidió a los manifestantes que salgan a las calles "de forma pacífica" y a las autoridades que “se aseguren" de que el derecho a la libertad de expresión sea "respetado".

La responsable admitió que hay "acusaciones inquietantes del uso excesivo de la fuerza" por parte de las fuerzas del orden y pidió que todos los actos que han derivado en heridos y muertos sean objeto de "investigaciones independientes, imparciales y transparentes".

“También estoy alarmada por las denuncias de que a algunos detenidos se les habría denegado acceso a abogados, tal y como es su derecho, y que otros han sido maltratados en detención", citó, pidiendo a las autoridades a que actúen respetando "los estándares internacionales de derechos humanos".

El presidente chileno, Sebastián Piñera, declaró el domingo que su país estaba "en guerra". El estado de emergencia está en vigor en buena parte del país y en las últimas dos noches ha imperado un toque de queda.

"Cualquier aplicación del estado de emergencia debe ser excepcional y en base a la ley", opinó Bachelet.

En lo que parece ser una clara alusión a Piñera y las medidas decretadas por su gobierno, la Alta Comisionada consideró además que “el uso de una retórica inflamatoria solo servirá para agravar aún más la situación y se corre el riesgo de generar miedo en la población".

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