La policía británica informó el viernes que está manejando la muerte en Londres del empresario ruso Nikolai Glushkov como un homicidio, después de que una autopsia revelara que murió por compresión en el cuello.
Glushkov era socio de Boris Berezovsky, un oligarca ruso y crítico del Kremlin que murió en circunstancias controvertidas en 2013.
Glushkov, de 68 años, por su parte, fue encontrado muerto en su casa del sur de Londres el lunes. La muerte se produjo una semana después de que el exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia quedaran gravemente enfermos a causa de un envenenamiento por un agente neurotóxico en la ciudad de Salisbury.
Con respecto a la muerte del exespía ruso Sergei Skripal, las cuatro grandes potencias occidentales exigieron ayer a Rusia que explique el envenenamiento. "Exigimos que Rusia aclare todos los interrogantes que rodean ese ataque", dijeron Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania. "Pone en peligro la seguridad mundial".
La OTAN también se sumó a la presión. El organismo señaló que el ataque es una "violación a las normas y acuerdos internacionales".
Moscú persiste en afirmar que no tienen nada que ver con el envenenamiento de Skripal y de su hija Yulia, y siguen pidiendo a Londres que les envíe una muestra del gas usado para el atentado.
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