Portada  |  15 noviembre 2017

La foto de Facebook por la que se resolvió un crimen 49 años después

Peter Booth vio un día como su padrastro, David Dearlove, de 71 años, y con el que ya no tenía relación, compartía en Facebook una foto con su hermano fallecido, Paul. En ese momento recordó la horrible muerte de su hermano con solo 19 meses y le pidió a Dearlove que la quitase de la Red.

Internacionales

David Dearlove, de 71 años, está siendo juzgado por un tribunal de Teesside, Inglaterra, por el asesinato de su hijastro, Paul Booth, en 1968. Fue una foto con su hijastro, que el acusado compartió en Facebook, lo que le ha llevado al banquillo 50 años después. El hermano del niño que murió con 19 meses ha contado a la policía cómo vio que el bebé murió golpeado contra la chimenea y no al caerse de la cama.

Peter Booth vio un día como su padrastro, David Dearlove, de 71 años, y con el que ya no tenía relación, compartía en Facebook una foto con su hermano fallecido, Paul. En ese momento recordó la horrible muerte de su hermano con solo 19 meses y le pidió a Dearlove que la quitase de la Red.

Aconsejado por un familiar, Peter acudió a la policía a denunciar, 50 años después de los hechos, que su hermano no murió como contó su padrastro en 1968 al caerse de la cama. Él vio como lo cogió por los tobillos y lo balanceó hasta golpearlo en la cabeza contra la chimenea.

De este modo, Dearlove se ha visto ahora sentado en el banquillo acusado del asesinato de su hijastro y de crueldad infantil, cargos que niega.

Peter Booth le dijo a la policía, según publica el diario Daily Mail, que “David Dearlove solía ser violento y que en muchas ocasiones lo había mantenido a él bajo el agua en el baño, que lo golpeaba y pateaba regularmente". Algunos familiares también han explicado durante el juicio que los niños habían sufrido lesiones cuando se quedaban solos con Dearlove.

El fiscal Richard Wright, del juzgado de Teesside, Middlesbrough, Inglaterra, ha explicado que Peter, que entonces tenía cuatro años, bajó a tomar agua cuando fue testigo del crimen. Nadie durante la investigación le preguntó a un niño de cuatro años, que también era maltratado, a pesar de que en el cuerpo del bebé muerto había viejos hematomas.

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