El estremecedor asesinato de un bebé de siete semanas conmociona al Reino Unido. Una mujer admitió ante la justicia que envenenó a su hijo recién nacido al suministrarle antidepresivos en la leche. Como los calmantes no hacían efecto, la madre lo terminó asfixiando.
Hannah Turtle, de 22 años, confesó entre lágrimas y delante del juez que asesinó a su hijo porque escuchaba voces que le decían que "era una mala madre y que no se merecía a su bebé". El crimen ocurrió en mayo de 2016.
Orinda de Gales del Norte, la mujer sufriría un trastorno de la personalidad. El juez de la causa -que dictará sentencia mañana- manifestó que a la acusada debería recibir cadena perpetua.
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