Kiril Terioshin, conocido como el “Popeye ruso”, comenzó el camino hacia su nueva transformación. Esta vez para dejar sus enormes brazos que ponen en peligro su vida.
El joven de 23 años se sometió a una primera cirugía para eliminar el aceite que él mismo se inyectó durante tres años para agrandar sus bíceps.
"La operación duró dos horas. Todo el líquido tiene que ser sustraído. Por ahora quitamos los tejidos dañados de un sólo brazo. Necesitamos mantener la vena, los nervios y otras funciones de la extremidad”, sostuvo Dmitry Melnikov, el cirujano que lo atendió.
Kiril se inyectó tres litros de aceite en cada brazo. Saturó los tejidos musculares y bloqueó el flujo sanguíneo. Por ese motivo estuvo a punto de perder las extremidades y puso en peligro su vida.
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