El bombardeo perpetrado por la coalición internacional liderada por Arabia Saudita durante una boda en el norte de Yemen el pasado 22 de abril dejó la desgarradora imagen de un niño aferrándose al cadáver de su padre porque pensaba que solo estaba dormido.
En los videos, el menor se agarra con fuerza al cuerpo y rehusa soltarlo cuando los rescatistas intentan evacuarle. El pequeño insistía en que su papá pronto despertaría y se irían a casa. El bombardeo, ocurrido en una aldea de la provincia de Hajja, dejó decenas de muertos y heridos, la mayoría niños y mujeres.
Las tomas hacen pensar que la escena se prolongó durante varias horas, dado que parece que las imágenes se tomaron en diferentes horas del día. Ese cuerpo fue el último en ser retirado y su hijo se quedó allí hasta el final de los trabajos de rescate.
Para que un menor reciba gran cobertura en Occidente, tiene que ser víctima de un bombardeo "en algún lugar donde las bombas no las hayan suministrado EE.UU. o Reino Unido, donde los evidentes signos de desnutrición no sean una acusación silenciosa contra Arabia Saudita, que bloquea el suministro de alimentos, medicinas y combustible a las personas que se oponen a su invasión", prosigue Antonov: "Uno debe estar en Siria, no en Yemen".
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