Portada  |  21 enero 2020

Vecino ilustre: Luis Fondebrider, fundador del Equipo Argentino de Antropología Forense

Lo cruzan en el ascensor. Lo saludan con un “buen día” en el palier. Comparten el grupo de whatsapp de los miembros del consorcio. Pero apenas si saben su nombre de pila. Y mucho menos que se trata del presidente y uno de los fundadores del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), entidad multipremiada a nivel mundial por su labor en la identificación de restos óseos de personas desaparecidas.

Informes Especiales

Es que para los habitantes del edificio de Ciudad de la Paz, en el barrio de Belgrano, Luis Fondebrider es casi un desconocido. O era. Hasta que en el marco de un nuevo capítulo de “Mi vecino ilustre” se enteraron de su verdadera historia.

Y no solo eso. También fueron a ver su trabajo en la sede que el EAAF posee en el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionó uno de los principales centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar.

Todo un emblema, porque gracias al trabajo de Fondebrider y su equipo de 70 profesionales se llevan recuperados unos 1400 cuerpos de desaparecidos, de los cuales 800 ya fueron identificados a través del entrecruzamiento con el ADN de sus familiares.

Más de 600 todavía se conservan a la espera de poder devolverles su identidad. Para eso es clave que todos aquellos que tengan algún familiar que haya sido víctima de desaparición forzosa entre 1974 y 1983 se comuniquen al teléfono del EAAF 0800-345-3236. Tienen que aportar apenas una gota de sangre.

El EAAF es una entidad sin fines de lucro que nació en 1984, poco después del regreso de la democracia, cuando un grupo de jóvenes antropólogos se propuso buscar e identificar los restos de miles de desaparecidos durante la dictadura.

Su trabajo se centró en Argentina, pero con los años trascendió, y con creces, las fronteras. A tal punto que trabajaron en lugares tan remotos como Chipre, Georgia, Sudáfrica, Guatemala, Timor Oriental y Kurdistán, además de intervenir en la recuperación de los restos del Che Guevara, en Bolivia, y de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, en México.

En nuestro país, además de ocuparse de los casos de desaparecidos durante la dictadura, identificaron a 114 soldados argentinos que estaban enterrados en las islas Malvinas.

El reconocimiento internacional y los incesantes pedidos para que intervengan en distintos países del mundo los llevó a abrir sedes en México y Nueva York. Es que surgieron en Argentina. Pero ya son patrimonio de toda la humanidad.

Texto: Pablo Kuperszmit

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