Noelia Echeverría tiene 33 años, es empleada administrativa y siempre tuvo fe. Pero su vida, dura y traumática, le generó crisis reiteradas.
Su hermano menor, cuando tenía 15 años, cayó en la adicción al paco.
En muchas oportunidades tuvo que adentrarse en el territorio del narcotráfico, en la villa 1 - 11 - 14, para enfrentar el peligro de los "dealers" y rescatar a su hermano. Noelia se arriesgó, luchó, sufrió.
Puso en riesgo su vida para que su hermano tenga una vida mejor. Para que pudiera rehabilitarse. Logró su internación y rezó tanto por él, que, dice, finalmente logró sacarlo adelante.
Pero la vida le iba a deparar un nuevo sufrimiento: cayó en una depresión crónica. Estuvo internada, con ataques de pánico y en riesgo de vida.
La oración, otra vez, volvió a signar su presente y su futuro. Hoy agradece la oportunidad de haber conocido a Dios, que, asegura, iluminó su realidad.
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