Portada  |  11 febrero 2019

Los Negligentes: solas en la madrugada

Desde muy temprano cientos de mujeres esperan para obtener un turno. ¿Qué dicen las autoridades del hospital?

Informes Especiales

Todas las madrugadas en el hospital Cecilia Grierson de Guernica cientos de mujeres esperan desde muy temprano para obtener un turno médico para alguna de las 22 especialidades que se atienden en el lugar.

Algunas de ellas llegan caminando desde su casa, porque a esa hora todavía no funcionan los colectivos. Otras llegan en remís y algunas en bicicleta. De la forma que pueden y tiene que ser así porque si van más tarde corren el riesgo de no conseguir el turno que fueron a buscar.

Son mujeres que van a buscar turno para su hijo, su marido o algún familiar, que en general tienen que cumplir con un horario laboral y no pueden pasarse una noche sin dormir esperando en la puerta de un hospital por algo tan simple como un turno médico.

Telefe Noticias habló con varias mamás que habían ido con sus hijos algunos de ellos, incluso, bebés de pocos meses. Pero la puerta del hospital estaba cerrada también para ellas, como para aquellas que con edad avanzada y con problemas de movilidad estaban haciendo la fila de todas formas, como todas las demás.

El hospital Grierson abre las puertas a las 5:30 de la mañana y recién después de ese horario la gente puede entrar y continuar con la misma fila, pero ahora sí, en el interior del hospital. El sistema de salud está colapsado, porque cada vez es más la gente que se refugia en el sistema público de atención médica.

Álvaro Falzone, Director del Hospital de Guernica, recibió a Telefe Noticias y explicó los esfuerzos que se hacen desde la dirección para atender a estas personas. “Los turnos telefónicos no nos funcionaron, porque la misma persona que tenía que atender por ventanilla también atendía el teléfono y era muy difícil”, sostuvo.

Se trata de una problemática que es habitual en muchos hospitales de la Provincia de Buenos Aires, donde desde hace años miles de personas pasan noches enteras con frío, calor o lluvia esperando por el milagro de ser atendidos.

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