Klan vivió tres años en la calle, desde el día en que su madre le dio a elegir entre el grafitti o la familia.Tiempo después de aquel momento, él asegura que esa situación “lo hizo hacerse persona”.
Los peligros y las ausencias lo hicieron crecer de repente, y desde ese momento encontró en el arte callejero la razón de su vida. Hoy, Matías, conocido como Klan es un personaje muy buscado por sus seguidores y uno de los más populares en el mundo del rap.
El origen de Dozer no es muy diferente: creció en una casa de Don Orione, en el partido de Almirante Brown, donde los tiros a la noche eran moneda corriente. El bullying por su color de piel era cotidiano en la escuela, pero en aquellos tiempos Matías no podía defenderse por la timidez que sentía.
Empezó a practicar rimas y comenzó a contar lo que veía todos los días en su barrio, lo que vivían sus amigos y su familia. La situación económica hizo que tuviera que trabajar desde muy chico y empezó en el taller de su hermano cosiendo zapatillas. No era un trabajo que le gustara pero era lo único que lo ayudaba a tener un ingreso para ayudar a su familia.
Llevan el rap en la sangre y viven cada batalla de freestyle como si fuera la última … #HambreDeRap pic.twitter.com/Bm9oNFthA1
— Telefe Noticias (@telefenoticias) 18 de abril de 2018
Un día decidió ir a cantar a los trenes y desde ahí no paró: luego llegaron las competencias, los eventos y las marcas, hoy vive gracias del rap y sigue ayudando a su familia.
Tata empezó a trabajar a los 14 años en el taller de su abuelo, fue como penitencia por quejarse de la escuela y de no querer estudiar. Todos los días, después de su trabajo en el taller, se juntaba con sus amigos en la plaza del barrio y rimaban, se ayudaban en esto de contar sus experiencias, se sacaban de esa forma la bronca por todo lo que vivían a diario.
Desde allí comenzó la competencia y fue creciendo hasta ganar una de las batallas más importantes del país, lo que lo llevó a viajar a España y grabar su primer disco.
A la vuelta de aquel viaje decidió que el transporte público sería su próximo destino y así fue: subtes, trenes y colectivos lo vieron pasar mientras iba creciendo artísticamente y como él dice “ayudando a la gente a sacarle una sonrisa después de un día con muchas cosas que les pasaron”. Así creció Tata y hoy en día su ritmo sigue ganando seguidores que los buscan para nuevos proyectos.
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