Portada  |  16 abril 2018

Hambre de rap: la historia de tres chicos que torcieron su destino con la música

El rap como expresión musical tiene muchos años de existencia, pero en los últimos se desarrolló un movimiento callejero muy importante. Los nuevos rapers son estrellas a los que los adolescentes siguen en redes sociales y acompañan en cada presentación que hacen.

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Klan vivió tres años en la calle, desde el día en que su madre le dio a elegir entre el grafitti o la familia.Tiempo después de aquel momento, él asegura que esa situación “lo hizo hacerse persona”. 

Los peligros y las ausencias lo hicieron crecer de repente, y desde ese momento encontró en el arte callejero la razón de su vida. Hoy, Matías, conocido como Klan es un personaje muy buscado por sus seguidores y uno de los más populares en el mundo del rap.

El origen de Dozer no es muy diferente: creció en una casa de Don Orione, en el partido de Almirante Brown, donde los tiros a la noche eran moneda corriente. El bullying por su color de piel era cotidiano en la escuela, pero en aquellos tiempos Matías no podía defenderse por la timidez que sentía.

Empezó a practicar rimas y comenzó a contar lo que veía todos los días en su barrio, lo que vivían sus amigos y su familia. La situación económica hizo que tuviera que trabajar desde muy chico y empezó en el taller de su hermano cosiendo zapatillas. No era un trabajo que le gustara pero era lo único que lo ayudaba a tener un ingreso para ayudar a su familia.

Un día decidió ir a cantar a los trenes y desde ahí no paró: luego llegaron las competencias, los eventos y las marcas, hoy vive gracias del rap y sigue ayudando a su familia. 

Tata empezó a trabajar a los 14 años en el taller de su abuelo, fue como penitencia por quejarse de la escuela y de no querer estudiar. Todos los días, después de su trabajo en el taller, se juntaba con sus amigos en la plaza del barrio y rimaban, se ayudaban en esto de contar sus experiencias, se sacaban de esa forma la bronca por todo lo que vivían a diario.

Desde allí comenzó la competencia y fue creciendo hasta ganar una de las batallas más importantes del país, lo que lo llevó a viajar a España y grabar su primer disco.

A la vuelta de aquel viaje decidió que el transporte público sería su próximo destino y así fue: subtes, trenes y colectivos lo vieron pasar mientras iba creciendo artísticamente y como él dice “ayudando a la gente a sacarle una sonrisa después de un día con muchas cosas que les pasaron”. Así creció Tata y hoy en día su ritmo sigue ganando seguidores que los buscan para nuevos proyectos.

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