Era julio de 1976. Verónica Matta estaba en su casa de La Rioja cuando se la llevaron durante la madrugada. La joven, que en ese entonces tenía 17 años y militaba en el centro de estudiantes de su colegio, abrió la puerta de su casa y vio a su papá dialogar con un militar. Recuerda eso, antes del horror.
“El clima era insoportable. Me van a buscar a mi casa una noche, en la madrugada. Mi padre me dice que me vinieron a buscar. Voy a la sala, entro y me encuentro con gente armada y con un militar”. El militar, cuenta Verónica, era “muy jovencito, ‘carilindo‘ y su presencia –el porte– era muy llamativo”.
Más de 37 años después, el rostro del joven sigue tan fresco en su memoria como aquella madrugada de julio, cuando la trasladaron a la cárcel de La Rioja y la encerraron en el área de presos políticos. Allí la alojaron en el Instituto de Rehabilitación Social (IRS) –que se convertiría en un centro clandestino de detención– y la sometieron a interrogatorios con los ojos vendados.
📺 El testimonio que encerró a Milani. #Noti20 a solas con Verónica Matta https://t.co/b8Qedtgk5y pic.twitter.com/vOMD3qhi3x
— Telefe Noticias (@telefenoticias) 24 de marzo de 2017
“Estuve varios días en una celda sin contacto con nadie, escuchando ruidos y gritos”, recuerda ahora. Con 17 años Verónica vio el horror. Lo sintió en carne propia. Además de estar detenida presenció torturas. Le decían que si no hablaba, los iban a seguir torturando. Hasta que en uno de los interrogatorios la venda se levantó y lo vio a él, al mismo militar que había visto cuando la fueron a buscar para llevársela en plena madrugada. El mismo que hoy se encuentra detenido involucrado en la causa que investiga las detenciones ilegales de Pedro Adán Olivera y su hijo, en 1977, y la detención ilegal de ella, Verónica Matta, en 1976, cuando Milani era una joven subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141.
¿Era Milani, entonces, cuando se te corrió la venda, la persona que estaba en la sala de interrogatorios y tortura del centro clandestino de La Rioja?, pregunta Telefe Noticias. La respuesta es concreta: “Era el mismo que fue a buscarme a mi casa, ese mismo era Milani”.
Desde que la secuestraron, hasta que la dejaron libre, pasaron dos años y siete meses. Verónica estuvo presa en La Rioja y al tiempo la llevaron a Buenos Aires, al penal de Devoto. Un día la visitó un juez para notificarle que le darían la libertad condicional. Verónica volvió a La Rioja y decidió guardar silencio.
Hasta que en el 2013 lo vio. Vio al militar que una noche de julio de 1976 fue a buscarla a su casa para llevársela detenida. Lo vio en las tapas de los diarios, en la televisión y en Internet, designado como nuevo jefe del Ejército. El mismo que reconoció cuando estaba detenida en una sala de interrogatorios y tortura. Sintió un escalofrío, una sensación que la invadió por completo. “Fue muy fuerte, sentí un fuego en todo el cuerpo, empecé a mirar y era él, no lo podía creer”.
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En el 2015 Milani pidió su pase a retiro por "razones personales". Dos años después, el pasado 17 de febrero, quedó detenido en La Rioja. Ahora, después del silencio, Verónica decidió hablar y contar su verdad. Por la memoria que no olvida. Para que se haga justicia. "Creo que este 24 de marzo es eso: siento un gran alivio de poder contar esta historia".
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