Oscar Martínez es un ganador agradecido, "la contracara del personaje que lo encumbró a otra noche de gloria: Daniel Mantovani, ese novelista contrariado que recibe el Nobel con un discurso agrio, cercano al desprecio", señala La Nación.
A los 67 años, Martínez siente que la interpretación de Mantovani significó un punto de inflexión en su carrera. "Todo empezó con el premio en Venecia, que me dio algo así como un plácet internacional. Probablemente se me ve mucho más, se me valora más. Es como una escalera que no sabemos dónde termina", dice desde Madrid el actor.
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