Madonna es la reina del escándalo, y su cuenta de Instagram la mejor plataforma para ello. Esta vez, la polémica ha surgido tras la publicación de una fotografía en la que un judío y un musulmán parecen estar a punto de darse un beso.
La imagen no tardó en convertirse en foco de todos los comentarios, tanto positivos como negativos. Mientras lo seguidores de la artista lo veían como un mensaje de amor, sus detractores la consideradon una falta de respeto a las personas que profesan esas religiones.
Por si fuera poco el revuelo montado, el autor de la fotografía, Ziv Sade, decidió hablar de la misma a la revista Instict. "La fotografía original la hicimos para un anuncio de una fiesta gay el verano pasado en mi estudio de Tel Aviv, durante la última ofensiva, -explicó- queríamos dar algo de luz a una situación tan oscura. Fue nuestra forma de gritar a favor de la paz y la libertad".
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