Un minúsculo caballito de mar sobrevivió a un trágico episodio gracias a la intervención de los veterinarios del Oceanogràfic que han empleado microcirugía para curarlo.
Dentro de esta especie, son los machos los que tienen un saco donde incuban a las crías después de recibir de la hembra los más de mil huevos.
La fecundación se va produciendo conforme los huevos se van depositando en el saco del macho y, al cabo de seis semanas, el macho va dejando salir los alevines del interior de su bolsa durante varias horas.
En ocasiones después de parir, debido al gran esfuerzo o número de crías, la bolsa puede prolapsarse, es decir darse la vuelta.
Gracias a que los profesionales que cuidan de estos animales en el acuario descubrieron la anomalía, los veterinarios actuaron inmediatamente para anestesiar el animal y devolver la bolsa a su lugar, lo cual requirió de microcirugía con lupas especiales.
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