Soledad vive con su marido Daniel y su hijo Kalén en la localidad de San Antonio Oeste, en Río Negro. Antes de la cuarentena compraron un perro, pero cuando se decretó el aislamiento obligatorio no pudieron ir a buscarlo hasta Cipolletti. Fue por eso que a la mujer se le ocurrió que el animal viajara en taxi.
“Lo que pagamos no fue barato, pero todos pusieron un granito de arena para que Oso (su nombre) llegara a casa. Más allá de la plata fue un acto de amor. Lo queríamos tener en casa”, contó la mujer.
El episodio se hizo conocidos porque el momento exacto del encuentro quedó registrado en una grabación que filmó el delegado municipal de Las Grutas, Nicolás Carassale, quien intervino en las tareas de inspección del tránsito vehicular.
El funcionario confesó que este caso los sorprendió, aunque subrayó que se suma a la enorme cantidad de “anécdotas de las cosas que pasan en el control”.
Las imágenes, que se volvieron virales, muestran a Soledad acercándose a un taxi blanco para recibir a su mascota -que está feliz y mueve la cola, envuelta en una manta- a la cual abraza fuertemente contra su pecho.
Final feliz, sin quebrar la cuarentena y con el perrito por fin en casa.
El operativo se tuvo que realizar de esta manera ya que la policía costera no permite el ingreso, es decir, la mujer no podía ir allí con un vehículo particular.
Las estrictas medidas hicieron que -hasta el momento- ambas ciudades no registren casos de Covid-19.
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