Portada  |  22 junio 2017

Un millonario perdió todo y hace más de 20 años vive en una isla sólo con su perro

Su fortuna superó los 28 millones de dólares antes de que una crisis bursátil lo dejara en quiebra. Se divorció y decidió irse a vivir a la Isla Restauración en Australia. Las autoridades intentan desalojarlo hace años.

Curiosidades

"Quiero morir acá. ¿Dónde más podría hacerlo? Es mi paraíso en la Tierra", asegura David Glasheen, quien pasó de magnate a "pobre" y solitario hace décadas, aunque asegura que es feliz.

Ahora este australiano tiene 73 años, pero su particular historia se remonta a 1987 cuando perdió más de 8 millones de dólares en una crisis bursátil y su vida financiera comenzó a irse en picada. Las tensiones hicieron que también se rompiera su matrimonio.

En 1993 conoció a otra mujer que lo convenció de cambiar el curso de su vida y mudarse a la pequeña Isla Restauración, un parque nacional en Queensland, a casi 2000 kilómetros de Brisbane.

Aunque su idea inicial fue construir un complejo hotelero, su compañera no pudo aguantar la vida en ese rincón del mundo y lo dejó. David intentó seguir con su emprendimiento pero encontró la firme oposición de indígenas locales y al final se quedó solo con sus mascotas.

Ahora vive con su perrita Polly después de que una serpiente matara a Quasi, su anterior perro y único compañero durante tantos años.

El ex millonario convirtió un puesto fronterizo de la Segunda Guerra Mundual en su hogar, con luz solar e Internet.

David se alimenta de cangrejos, pescados, frutas y hortalizas que cultiva. Además, produce su propia cerveza. Y el resto de lo que necesita lo encuentra a una hora en bote, en el único supermercado de la zona.

El hombre admite que algunas veces durante estos años quiso encontrar pareja y recurrió a avisos en la web. Aunque obtuvo varias respuestas, nunca logró que nadie se mude con él.

En cuanto a sus preocupaciones cotidianas, Glasheen, sostiene: "Hay serpientes, arañas y cocodrilos, pero esto es más seguro que otras partes del mundo en las que no dejás de oír sobre ataques terroristas".

El otrora magnate parece no dar importancia a la batalla legal con las autoridades. Cuando se mudó a la isla, le dieron el permiso para instalarse a cambio de la construcción del complejo hotelero y el pago de un cánon anual cercano a los 16 mil dólares.

Como nunca concretó su emprendimiento, el Tribunal Supremo de Queensland emitió un fallo para desalojarlo. Sin embargo, a David no le preocupa demasiado: "Yo vivo el ahora, mañana podría estar muerto".

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