Portada  |  03 agosto 2020

Prueban que los espermatozoides no nadan moviendo la cola como se creyó durante 300 años

Ahora, usando microscopía 3D de última generación y haciendo matemáticas, un nuevo estudio dice que en realidad hemos sido víctimas del "engaño del esperma".

Curiosidades

Hace más de 340 años, un holandés llamado Antonie van Leeuwenhoek inventó un nuevo y poderoso microscopio compuesto y descubrió accidentalmente la existencia de las bacterias, un logro innovador que cambió el curso de la medicina.

No mucho después, decidió observar su eyaculación —definitivamente no por accidente–—y descubrió pequeñas criaturas que se meneaban con colas a las que llamó animalcules.

Estas criaturas "se movían hacia adelante debido al movimiento de sus colas como las de una serpiente o una anguila nadando en el agua", escribió van Leeuwenhoek al secretario de la Real Sociedad del Reino Unido en 1678.

A medida que los científicos a lo largo de los siglos continuaron mirando hacia abajo desde sus microscopios, no hay duda de lo que sus ojos vieron y grabaron en película: los espermatozoides nadan moviendo sus colas de un lado a otro.

Ahora, usando microscopía 3D de última generación y haciendo matemáticas, un nuevo estudio dice que en realidad hemos sido víctimas del "engaño del esperma".

"Los espermatozoides son criaturas muy descaradas. Nuestra nueva investigación usando microscopía 3D muestra que todos hemos sido víctimas de un engaño del esperma", dijo el autor del estudio, Hermes Gadelha, jefe del Laboratorio de Polimatías en el Departamento de Matemáticas de la Ingeniería de la Universidad de Bristol en el Reino Unido.

Los coautores del estudio de Gadelha, Gabriel Corkidi y Alberto Darszon, de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrollaron una forma de hacerlo. Utilizando herramientas de última generación, incluida una cámara de súper alta velocidad que puede grabar más de 55.000 cuadros por segundo, los investigadores pudieron ver que el movimiento de lado a lado era en realidad una ilusión óptica.

En realidad, la cola de un espermatozoide se sacude solo de un lado. Ese golpe unilateral debería hacer que los espermatozoides nadaran en un círculo perpetuo, dijo Gadelha. Pero no, los espermatozoides son más inteligentes que eso.

En lugar de lado a lado, el esperma gira en espiral. El movimiento es muy similar a la forma en que las nutrias giran en el agua mientras juegan.

Fuente: CNN

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