Ana nació hace cuatro meses y pasó la mitad de su vida en un centro de rescate, a donde llegó la gata con una anormalidad congénita rara.
Con sólo siete semanas de vida la recibieron en el refugio londinense "Battersea Cats and Dogs" y enseguida notaron que tenía labio leporino.
Tras realizarle algunos estudios, detectaron que sufría una anormalidad congénita rara, por la que uno de sus globos oculares no estaba totalmente desarrollado.
Los veterinarios debieron operar a la gatita y, para aliviarle el dolor, le quitaron el ojo derecho.
Ahora, le buscan una hogar donde pueda disfrutar el resto de su vida.
En declaraciones a The Media Times, Rachel Saunders -de Battersea- pidió darle una oportunidad a Ana: "Creemos que es hermosa tal como es, porque las cosas que hacen diferente a un animal son las que lo hacen especial".
"Hay que mirar más allá de su apariencia para encontrar peculiaridades y personalidades únicas. Los animales de rescate pueden no ser perfectos, pero ciertamente valen la pena", insistió.
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