El 14 de septiembre de 2007 Jeremy Harper detuvo su cuenta en un millón, luego de un récord que le demandó 89 días.
En esa jornada el joven de Birmingham, Alabama (Estados Unido), ingresó en el libro Guinnes por haber alcanzado la mayor cifra contada en voz alta.
Su camino hacia el récord había comenzado el 18 de junio anterior y, desde ese momento, Jeremy dedicó unas 16 horas diarias a contar.
Para llegar a esa hazaña usó una computadora desde cuya pantalla leyó los números, lo que le ayudó a realizar menos esfuerzo y no perderse en el incesante conteo.
Harper pasó más de cinco millones de segundos vociferando los números hasta llegar al millón y el récord fue transmitido en directo a través de Internet.
Durante los tres meses que le demandó la misión, este ingeniero pidió permiso en su trabajo y no salió de su departamento.
Si bien su marca parece a simple vista una pérdida de tiempo, Jeremy logró con su accionar darle visibilidad y reunir fondos a "Push America", una organización centrada en ayudar a personas con diversidad funcional.
Hasta el momento nadie superó el récord de Harper, en enero pasado un youtuber contó hasta 100.000 en un sólo video, luego de 40 horas consecutivas de conteo.
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