La madre de una nena organiza en Catamarca una marcha para pedir justicia por su hija de 13 años. Hace tres meses la menor se quitó la vida tras ser drogada y violada.
Según afirmó, hubo indolencia en la atención médica recibida y en la unidad judicial N° 6 no le quisieron tomar la denuncia cuando la jovencita no regresaba a su hogar.
Se trata de Jaqueline Quevedo, quien es la madre de Luz Villafañez, la víctima del abuso. En diálogo con el diario local El Esquiú.com, explicó cómo se sintió desprotegida por los mecanismos estatales y eso terminó apagando la vida de su hija.
"Ella se ahorcó el 12 de noviembre, la noche antes se fue con una amiga, salieron temprano y ella me dejó un mensaje de que iba a volver tipo 7 de la tarde. No volvió y entre las 12 y la 1 de la mañana fui a hacer una denuncia en el precinto 6, porque justo estábamos en las Mil Viviendas. No me quisieron tomar porque decían que no era algo grave, que no era un secuestro y que los hacía perder tiempo y gasto con los móviles para que aparezca a la media hora”.
La mujer salió a buscar a su hija hasta las 4 de la mañana y ya sin saber a dónde acudir, regresó al domicilio a esperar el regreso. "Volvió como a las 7 y media de la mañana, claramente drogada, se notaba a simple vista”.
"La llevamos al hospital de Niños, tenía marcas de chupones en el cuello, pero eran marcas muy fuertes. Ahí la atendió la doctora Sabrina Bollada, lo único que hizo fue hablarle, preguntarle con quién había estado y qué había consumido”.
"Una psicóloga la vio un poco y dijo que no la podía seguir evaluando por el estado en el que estaba, llamaron a la policía pero no pasó más nada”. Mediante una prueba sanguínea, se cercioraron de que la niña había ingerido psicofármacos.
Entre sollozos, la niña pedía que la lleven a su casa, hasta que reveló un dato escalofriante: le dijo a su mamá que había sido violada y le dio el nombre del responsable. Esa misma noche, en su casa, Luz se quitó la vida.
La autopsia al cuerpo de Luz reveló que existió un acceso carnal violento, por lo que se abrió una causa en principio en manos de la fiscalía de instrucción Nº 7, a cargo de Miguel Mauvecín. Cuando surgió que el sospechoso era menor de edad –tendría 17 años- las actuaciones pasaron al Juzgado de Menores a cargo de Fabricio Gershani Quesada.
Fuente: El Esquiú
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