El hecho delictivo ocurrió en la noche del 14 de julio, cuando Teresa Grossi y su amiga Susana, que estaban de vacaciones en Colombia, volvían a su hospedaje.
"Me contaron que la noche de ese domingo estaba mal, dolorida y no podía dormir de tan molesta. Y que cerca del mediodía del lunes (15), empecé a desvariar, a decir cosas sin sentido, por lo que decidieron volver a llevarme al hospital. Pero no puedo creer que haya estado tanto tiempo en el hospital, en estado de coma y nunca supe que me encontraba tan grave", contó Teresa, ya de vuelta al país.
El golpe le produjo un sangrado cerebral masivo que aceleró una cirugía para descomprimir un coágulo y controlar una hemorragia.
Su estado era grave, pero Teresa agradece no recordar nada y está agradecida con la policía, los empleados judiciales y el personal médico que la atendió en Colombia.
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