Con el lema “Atentos primer grado… preparados, listos para escuchar”, esta iniciativa brinda la posibilidad de realizar en el día este estudio que resulta obligatorio al comienzo del ciclo escolar y que sirve para detectar problemas de audición o de habla en los chicos de entre 5 y 7 años.
“Hay diferentes tipos de pérdida auditiva”, explica la licenciada Fabiana Wilder, jefa de la Sección Fonoaudiología del Hospital de Clínicas. Y agrega: “Algunas son permanentes y otras, como las causadas por infecciones en el oído son transitorias. Si un chico escucha menos, aunque sea por un corto tiempo, tendrá dificultades para escuchar a la maestra y para seguir una conversación en grupo, lo que lleva a un gran esfuerzo, aumento de stress y menor rendimiento escolar".
“La audición es de vital importancia. A partir de ella de desarrolla la comunicación, el lenguaje oral y los aprendizajes escolares. La pérdida auditiva implica un impacto en el desarrollo cognitivo, social y emocional de los chicos”, sostiene la especialista.
Todo niño recién nacido en la Argentina tiene derecho a que se estudie de forma temprana su capacidad auditiva y se le brinde tratamiento en si fuera necesario. Así lo establecen la Ley Nº 25415 de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia y sus normas reglamentarias. “Como padres, hay que prestar atención a la conducta del niño ante los sonidos que lo rodean y además al desarrollo del lenguaje”, afirma Wilder.
De acuerdo con Wilder y su equipo, podemos sospechar que el niño puede tener pérdida auditiva cuando:
-En los primeros meses de vida no se sobresalta ante ruidos intensos, no produce sonidos (balbuceo), no responde al nombre, no reacciona a los ruidos familiares y no responde con emisiones cuando le hablan.
-Si aproximadamente al año de vida no dice ninguna palabra.
-Si a los 2 años y medio no tiene aproximadamente 50 palabras en su vocabulario.
-Cuando es más grande, si pide que le repitan, si elevan el volumen del televisor, si no desarrollan el lenguaje de manera esperable para su edad.
-Hay algún familiar que tuvo pérdida auditiva en la infancia o juventud.
“Para cualquier chico, los problemas de comunicación pueden provocar un sentimiento de ira, estrés y soledad. Esto trae aparejado consecuencias emocionales y psicológicas perdurables, que pueden afectar profundamente al conjunto de la familia. Además, en la vida cotidiana la pérdida de audición puede poner a los niños en situaciones de riesgo, por la disminución de la atención que conlleva”, concluye Wilder.
Como recomendaciones a la hora de cuidar los oídos, la especialista aconseja mantener bajo o moderado el volumen cuando se juega videojuegos o cuando se escucha música con auriculares. También, se deben secar bien los oídos después de bañarse o nadar, para prevenir infecciones.
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