Susana Cisneros y Ramón Garnica, quienes anoche participaron de una nueva manifestación en la capital tucumana en reclamo de justicia por su hija y otras jóvenes que siguen desaparecidas, asistieron esta mañana junto a su abogado a la oficina del fiscal Claudio Bonari, informa la agencia DyN.
Si bien no trascendieron detalles de la conversación privada que mantuvieron en los tribunales, fuentes de la investigación recordaron que el fiscal esperaba conocer los resultados de los análisis realizados a restos de ropas y distintos objetos hallados en viviendas de los acusados y en los hornos de ladrillos donde se centralizaron los rastrillajes.
Garnica, de 17 años, salió de su casa en un barrio de la localidad de Alderetes el sábado 6 de mayo por la tarde, citada por mensaje de teléfono celular por Darío Suárez, un vecino de 40 años, que le pidió que lo acompañara a comprar un aire acondicionado bajo la condición de que no revelera que saldría con él porque supuestamente se trataba de un regalo sorpresa.
Sin embargo, la joven nunca regresó y Suárez fue visto por su familia ese mismo sábado por la noche, por lo cual comenzó una intensa investigación que hasta hoy no pudo dar con el paradero de la menor de edad.
En ese marco, el gobierno tucumano publicó en el Boletín Oficial de la provincia y difundió por los medios un ofrecimiento de recompensa por 50 mil pesos para quien pueda aportar datos certeros sobre el paradero de Garnica.
La recompensa de la provincia se suma a otra que había ofrecido la semana anterior el municipio de Alderetes, donde vive la familia de la adolescente desaparecida.
La investigación del fiscal apunta principalmente a Suárez, dado que además de su vinculación directa con la salida de la menor de edad de su casa, días atrás los perros especializados en búsquedas detectaron en su casa algunos escritos que lo involucran sentimentalmente con la adolescente.
Sergio Pérez, abogado de la familia Garnica, advirtió en diálogo con la prensa tucumana que al respecto "no podemos confirmar nada porque lo estamos investigando para presentar nuestras conjeturas".
De todas formas, admitió que "hay cuestiones ahí que no nos cierran y queremos analizarlas".
"No descartamos nada. Estamos tratando de sumar indicios para colaborar con el fiscal. No queremos dar mayores detalles sobre este tema", señaló el letrado.
De acuerdo a las fuentes de la investigación, la principal hipótesis que sigue el fiscal apunta a que la adolescente pudo haber sido asesinado y posiblemente sus restos hayan sido incinerados en los hornos de ladrillo donde trabajaba Suárez.
Por eso, además de Suárez y varios familiares, siguen detenidos otro obrero compañero del acusado en la ladrillera, Fabián "Sapo" Pacheco, y el dueño del predio, Juan Mátar, acusados por encubrimiento.
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