Portada  |  22 julio 2017

El jugador del ascenso que dejó el fútbol y le donó parte de su hígado a su sobrino recién nacido

Pese a que se le realizaron diferentes estudios e inclusive una intervención aplicando la técnica de Kasai, buscando solucionar su problema, la necesidad del trasplante fue imperiosa y ahí apareció en escena el Tío Lulo, que no dudó un instante.

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Alejandro Benítez es un jugador de Larroque, Entre Ríos.,  conocido por todos dentro del ámbito del fútbol como Lulo.

El hombre se destaca hace años como delantero goleador en la primera de Central Larroque, con quien ha dado varias vueltas olímpicas.

Hace poco más de una semana, el goleador donó parte de su hígado a su sobrino Milo, de apenas nueve meses, hijo de su hermana Nataliai.

Milo padecía una arteria biliar desde su mismo nacimiento, una malformación que generó una obstrucción en los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula y había generado complicaciones que pusieron en riesgo su vida.´

Pese a que se le realizaron diferentes estudios e inclusive una intervención aplicando la técnica de Kasai, buscando solucionar su problema, la necesidad del trasplante fue imperiosa y ahí apareció en escena el Tío Lulo, que no dudó un instante.

Sobre su evolución, Alejandro sostuvo: “todavía estoy un poco dolorido, los primeros días estuve entubado y con sueros, pero cuando me los fueron sacando y empecé a alimentarme por boca la cosa fue cambiando. Igualmente como que la ficha me cayó después de la operación, tuve un ataque de nervios, quería ver a Milo, pero todavía lo estaban operando. Recién cuando lo pude ver conseguí tranquilizarme, no se bien lo que me pasó, pero la sensación que sentí cuando pude ver a Milo después de su operación fue algo increíble”.

Lulo ya tiene el alta médica. El viernes llegó a Larroque y fue recibido como un héroe. Hubo abrazos, carteles de agradecimiento y mucha emoción por parte de amigos y familiares. La vida le tiene preparada otra alegría, porque será padre en algunos meses. Quizá como un regalo inesperado.

El fútbol seguirá siendo parte de su vida, pero no dentro de una cancha. “Ahora será tiempo de alentar desde el otro lado del alambre, con el mate”, dijo Lulo, agregando “la mejor sensación será cuando pueda ir a la cancha con Milo”.

Fuente: El Argentino (Entre Ríos)

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