La terminal de ómnibus de San Luis fue escenario del conmovedor encuentro que mantuvieron la bahiense Silvia Almada y un hombre al cual le trasplantaron el corazón de su hijo Ángel, quien fuera presuntamente asesinado en circunstancias confusas en el año 2016.
La emotiva reunión fue reflejada por el diario La República de la capital puntana y, según se indicó, la mujer arribó a la ciudad junto a su hija de 11 años para conocer a Sergio Rivarola, el paciente receptor del órgano.
En medio de sensaciones encontradas, por el dolor de una causa que todavía sigue abierta y por el hecho de que el corazón del violinista salvó la vida de otra persona, los tres se fundieron en un inolvidable abrazo.
"Me llamo Sergio Rivarola y vengo a conocer a la madre del donante que, por suerte tuve contacto, y quiso venir a conocerme. Ahora estoy esperando que llegue el momento, y estoy ansioso por abrazarla", señaló el hombre al medio local.
Ni bien pisó suelo puntano, Silvia indicó que con su hija "hacía mucho que estaban planeando este momento".
"Ese sueño se hizo realidad", agregó la mujer.
Ángel Almada perdió la vida el 5 de marzo del 2016, y apenas tres días después, su corazón volvió a latir en el cuerpo de Sergio.
"Para ellos (por la familia del joven fallecido) enterarse que estaba viva la persona trasplantada fue como tocar el cielo con las manos", destacó Rivarola.
Silvia remarcó que pese al dolor infinito que implica la muerte de un hijo, "este era el momento" para conocer a quien le dio vida.
"Fue algo terrible y pasaron un montón de cosas. Tuvimos que salir a pedir justicia. Quizás ahora ya ha pasado un tiempo, no te digo que lo hemos superado pero siento que era la oportunidad de verlo a Sergio y saber que una parte de Ángel sigue viviendo en él", argumentó la mamá.
Sergio remarcó que no tiene palabras para calificar lo que la familia Almada hizo por él y con dejos de un eterno agradecimiento, sostuvo que esto "para ellos es como ver a su hijo de vuelta".
En una escena conmovedora, Silvia sostuvo en sus manos un estetoscopio, y lo apoyó en el pecho de Rivarola para escuchar las palpitaciones del corazón de Ángel.
"Era un momento muy delicado y por ahí era difícil para una mamá tomar una decisión en ese momento. Pero lo primero que pensé es que mi hijo amaba la vida y él hubiese querido esto, de seguir viviendo en otra persona", destacó.
"Ahora Sergio sigue cuidando su corazón", sentenció Silvia con sus ojos vidriosos de emoción, y a la espera de que la causa que se sigue por el presunto asesinato del violinista continúe su curso.
Fuente: Telefe Bahía/ La República
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