Docentes, padres y alumnos de la Escuela N°3 "Primera Junta" del barrio porteño de Caballito realizaron una protesta con cascos en la cabeza para reclamar que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realice el mantenimiento y la poda de los árboles que rodean al edificio, ya que las caída de ramas en dos ocasiones terminaron con la hospitalización de tres mujeres.
El jueves, Celeste, la niñera de dos chicos que concurren a la institución, estaba esperando la salida de los hermanos cuando recibió el impacto en su cabeza de la rama de una palmera, que la dejó inconsciente y que derivó en su internación en el Hospital Durand.
"Afortunadamente la evolución de la mujer fue buena, pero nosotros nos preguntamos, ¿qué hubiera pasado si caía sobre un niño?, o si se le complicaba el cuadro a ella. ¿Quién se haría cargo?", señaló a Télam María Eugenia Lobo, madre de una nena de jardín y de un nene de quinto grado de la escuela ubicada en Rivadavia 4817 .
No es la primera vez que se cae una rama: "en 2013 se cayó una rama de una araucaria sobre la cabeza de dos docentes que estuvieron internadas, una de ella varios días, con un traumatismo importante", explicó María Eugenia.
Y continuó: "En aquel momento realizamos una serie de reclamos, la Ciudad le echaba la culpa a la Comuna, ésta decía que no tenía recursos y el problema seguía existiendo".
En aquel momento, Camilo Fernández, integrante de la cooperadora, expresó a Télam que "Carlos Regazzoni (subsecretario de Gestión Económico Financiera y Administración de Recursos) admitió que desde que se disolvió el área de mantenimiento de espacios verdes para tercerizar ese servicio, nadie se hacer cargo de estos árboles de los de doce escuelas que están en la misma situación".
Por otro lado, como los árboles están en un parque interno y no sobre la vía pública, "tampoco se hace cargo el área de Espacios Verdes".
"Como solución pusieron un enrejado alrededor del árbol, pero a la altura del piso, lo que no sirve de nada porque si una rama se cae va a caer afuera seguro", describió María Eugenia.
Mientras realizaban el abrazo con sus cascos -de bici, de moto y hasta coladores- los manifestantes recogieron algunas ramas que se habían caído por la noche.
"Por suerte el viento fuerte fue por la noche, sino ahora estaríamos lamentando otra persona internada. Pero no podemos depender de la 'suerte' necesitamos que la Ciudad se haga cargo y lo haga ya", concluyó la mujer.
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