Portada  |  11 octubre 2019

Advierten que el derecho a una educación inclusiva es vulnerado en Argentina

En el marco de sus 10 años de trabajo con el Programa Becas de Educación Superior, la organización no gubernamental CILSA presentó un informe sobre logros y desafíos para promover el acceso de los estudiantes con discapacidad a la universidad y a institutos terciarios.

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El derecho a la educación inclusiva está establecido en el artículo N° 24 de la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad sancionada en 2006 y posee carácter constitucional en Argentina. El mismo exhorta a asegurar en el país un sistema de educación inclusivo en todos sus niveles. Sin embargo, en la realidad cotidiana este derecho se encuentra vulnerado.

CILSA, ONG por la Inclusión, con 53 años de trayectoria lleva más de 10 años acompañando a estudiantes con discapacidad en universidades y terciarios, públicos y privados. El miércoles presentó en el Centro Cultural Recoleta un informe sobre logros y desafíos para promover el acceso de los estudiantes con discapacidad a la universidad y a institutos terciarios

Actualmente, el programa acompaña a alrededor de 500 estudiantes con discapacidad en sus trayectos de formación en el nivel superior. Casi la mitad de los becados, un 48,6% tienen entre 20 y 29 años. El 40% de los becarios son personas con una discapacidad motriz, un 25% tienen discapacidad visual, un 15% posee discapacidad auditiva, un 9% discapacidad psicosocial, un 6% discapacidad visceral y, en último lugar, las personas con discapacidad mental con un 3% y con discapacidades múltiples un 2%.

Según se desprende del informe, el acceso a la educación aún presenta barreras y una insuficiencia reglamentaria en el país.

El informe menciona que en la Ley de Educación Superior no está reflejado el enfoque social de la discapacidad que entiende que las dificultades para acceder y permanecer en este nivel educativo surgen de las barreras físicas y actitudinales presentes en la sociedad y no por las particularidades de la persona con discapacidad. Así también, señala que el carácter autónomo y autárquico de las universidades nacionales del país implica que las consideraciones sobre accesibilidad de los estudiantes con discapacidad se circunscriban a la regulación que emita cada universidad, por lo que se observa una normativa sin delimitaciones de competencias precisas o estándares comunes de actuación.

Por otro lado, se destaca que, al menos 42 de las 60 universidades nacionales, cuentan con un espacio creado específicamente para la inclusión de los estudiantes con discapacidad, mientras que 10 no cuentan con un área especifica que inicialmente aborde estos temas, y es derivada a servicios de salud y/o trabajo social.

TRABAJO EN RED

Asimismo, el informe resalta el trabajo de la Red Interuniversitaria de Discapacidad, pionera en materia de inclusión educativa y accesibilidad académica, ya que a través del trabajo en red ha logrado avances significativos relacionados con la inclusión de las personas con discapacidad. Su actuación ha generado espacios de debate e intercambio, ha promovido la organización de diversos sectores, como por ejemplo el de alumnos y alumnas con discapacidad y, también brinda asesoramiento a organismos del Estado en materia de universidad y discapacidad.

Durante la actividad, el equipo del programa de Becas de Educación Superior presentó el informe junto a ex becarios del interior del país. Luego, con Paula Rossi, Coordinadora nacional del Programa de Becas y Oportunidades de CILSA como moderadora, expusieron Sandra Katz, Coordinadora de la Red Interuniversitaria Latinoamericana y del Caribe sobre Discapacidad y Derechos Humanos; Gabriela Peñaloza, miembro Coordinador de la Red Nacional de Estudiantes Universitarios por la Inclusión (RENUEPI-Argentina); Verónica Blanca Perelli, coordinadora del programa PRODISUBA, SEUBE y CBC de UBA y UNGS y el ingeniero electrónico Nahuel González, especialista en Tecnología para la Inclusión.

En principio, Julieta Carricondo, ex becaria y egresada de la carrera de BioIngeniería de la Universidad de Mendoza señaló que "si la educación es la base para generar oportunidades en la sociedad ¿qué tan inclusiva es nuestra educación, qué tan accesible? Y no me refiero a la accesibilidad de los edificios, sino a qué tan preparado está el sistema educativo para que personas con distintas discapacidades nos sentemos en las aulas. Si la respuesta no es muy preparado o aunque sea lo suficientemente preparado, hay veces que la carrera universitaria la estamos empezando con desventaja. Es por eso que organizaciones como CILSA son actores importantísimos para que realmente haya una igualdad de oportunidades".

Por su parte, otro ex becario y egresado del posgrado Especialización en educación y nuevas tecnologías, Mauro Soto, contó su experiencia: "Había egresado de la universidad pública, tenía en mis manos un título de Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Pero no tenía trabajo. Lo busqué por todos los lugares donde pude: administración pública, empresas, hasta me había armado un pequeño emprendimiento para reparar computadoras. Pero no sabía cómo continuar, no sabía qué hacer, porque a veces queremos tener un camino pero no se da. Pero no se da porque la sociedad si no te pone barreras en un lugar, te los pone en otros. CILSA trabaja con posgrados para que uno pueda seguir creciendo en lo profesional. Y ahí me pude contestar esa pregunta: ¿qué quiero ser? Investigador del CONICET. ¿Cómo lo hago? Estudiando ¿Con quién lo hago? Con CILSA".

A su turno, Katz hizo referencia a su trabajo en la Universidad Nacional de La Plata: "Sigo insistiendo en que el trabajo es artesanal e íntimo. Con cada estudiante se arma una estrategia. Porque tiene que ver con su posicionamiento, con su trayectoria y con su deseo, donde no todos quieren lo mismo, ni todos quieren en el mismo momento las mismas cosas. Sí creo que hay que trabajar en la corresponsabilidad. Lo tenemos que hacer juntos. Lo que uno, permanentemente, tiene que pensar es cómo de eso íntimo, artesanal y único lo transformamos en políticas institucionales”, señaló Katz.

Por otro lado, Peñaloza se refirió al trabajo RENUEPI: "Nosotros somos un espacio que nos estamos constituyendo, somos un espacio plural. Es un reconocernos, es un saber que estamos y éso es lo que hacemos con la red. Hacemos mucha contención. No nos quedamos en nuestros problemas, tratamos de buscar soluciones".

Sobre los desafíos para avanzar en materia de educación superior inclusiva, Paula Rossi, Coordinadora Nacional del programa de Becas y Oportunidades de CILSA, concluyó que “la inclusión es un desafío que nos involucra a todos, y el trabajo colaborativo, dialogado, comprometido y sostenido en el tiempo de todos los actores lograra el cambio que buscamos”.

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