Portada  |  11 abril 2018

Una joven española relató como fue hacerse un aborto en Argentina

Beatriz Rueda Moreta es una escritora que abortó mientras vivía en nuestro país y contó su experiencia en un libro llamado "Vosotros, argentinos".

Actualidad

Por Florencia Dopazo

“Escribo esto no sólo por mí, sino por todas las mujeres que como yo, se encuentran perdidas y asustadas con un embarazo no deseado. Escribo esto por esas chicas que viven en la villa, que no son mujeres en muchos de los casos, sino niñas sin posibilidad material y económica de juntar siquiera $100 para poder abortar. Escribo esto por las mujeres con un entorno cerrado y conservador, en donde la palabra aborto se asocia con asesinato y negación de la vida. Escribo esto por la trama de personas que se forma detrás de lo ilegal y que intentan sacar provecho y lucro de la desesperación y el miedo”. Beatriz Rueda Moreta es una escritora española que abortó mientras vivía en Argentina y contó su relato en primera persona en un libro llamado “Vosotros, argentinos”. Describe la angustia, la soledad y lo difícil que se vuelve una situación de por sí difícil cuando debe hacerse en el contexto de la clandestinidad.

“Te exponés a todo tipo de gente que quiere mal obrar, ganarse dinero a costa de eso, ya sea en la farmacia que te venden las pastillas de forma clandestina o en lugares donde te hacen el aborto también de manera clandestina. Se están embolsando un dinero pero sin ningún tipo de seguridad para la persona que se lo hace”, aseguró.

La mujer está en una situación total de vulnerabilidad. En todos los sentidos. Tanto porque es ilegal como por todos los que están lucrando a costa de que eso sea ilegal. Si fuese legal, todo ese negocio que hay por detrás se acabaría”, dijo en diálogo con telefenoticias.com.ar

Sobre las marcas que deja el aborto en una mujer, la escritora dijo: “Es algo que para mí nunca se olvida, es algo que con lo que voy a tener que vivir toda mi vida. Siempre por h o por b acaba saliendo el tema. No me arrepiento de lo que hice porque es una decisión que tenía que tomar. Pero por más que no me arrepienta es un pensamiento que me golpea. Más que todo por las circunstancias, por el hecho de que lo tuve que hacer sola, en una mierda de cuarto, que me podía haber pasado cualquier cosa, que el tipo que me dejó embaraza no quiso saber nada. Una serie de circunstancias que me dejaron muy marcada y al día de hoy lo sigo hablando en terapia. Realmente para mí fue muy traumática la situación, es muy jodido hacer eso sola”.

Beatriz es una mujer que abortó, pero también es una mujer que escribió sobre su aborto para compartirlo con todos, quienes la entienden y quienes no, quienes apoyan la despenalización y quienes no.

“Es muy fuerte, es para echarse a llorar que una no pueda decidir sobre su propia vida y su cuerpo. Si una mujer quiere abortar libremente, por qué no va a poder hacerlo. Por qué hay hombres legislando sobre eso, por qué se legisla sobre eso. Nadie es dueño de su cuerpo más que uno mismo”, aseguró.

Fragmento de “Dos rayas, positivo” *

"Llego a mi casa y como si de un ritual se tratase, preparo todo, preparo el escenario, preparo mi cuerpo, preparo mi cabeza. Coloco encima de la mesita el Misoprostol, pañuelos, agua, el móvil, un termómetro, Paracetamol y el tabaco. Me tumbo en la cama y me pongo las cuatro primeras pastillas. Hay que meterlas al fondo de la vagina, así que me quedo quieta y tumbada para que no se muevan y hagan efecto. Estoy muy nerviosa, tiemblo, no sé qué es lo que voy a sentir. Estoy esperando el gran dolor, la gran hemorragia. Pasan dos horas y no siento absolutamente nada. Me entra sueño y me quedo adormilada. Me despierta un calambre horrible en la tripa, una punzada de dolor agudo, como si me hubiesen clavado algo en mitad del estómago. En menos de cinco minutos estoy temblando, gotitas de sudor empapan mi cuerpo, me muero de frío. El dolor va a más, a mucho más. Miro el móvil, son las 21.30. Me pongo de lado esperando que las contracciones cesen un poco, que me dejen respirar, pero nunca sucede eso. Jamás en mi vida me había sentido tan sola como en estos momentos. La fiebre me sube, comienzo a delirar. En una habitación, en algún punto exacto del mapa de la ciudad de Buenos Aires, una mujer se transforma en una leona, en una pantera, en un felino que busca refugio en mitad de la selva, en lo más oscuro del bosque. Siento en mi vientre el dolor y la furia de lo que nunca ha debido ser. Siento en mi cuerpo el arrastre animal de mil mujeres, de todas las mujeres que he sido, que soy y que seré. Siento la víscera latiendo, la carne que entra dentro de la carne, el poro de piel que acuchilla, la sangre rugiendo fuerte por mis arterias, el sonido de mi cuerpo bombeando por sobrevivir. Siento en mi piel el dolor más cruel que alguien puede experimentar. Soy todas las mujeres del mundo condensadas en un metro cincuenta y seis de estatura. Soy todas ellas y sobre todo, soy yo, yo sola, yo llorando, yo peleando, yo inmersa en plena batalla. Soy una mujer sumida en la experiencia más ancestral y salvaje: la lucha o la muerte por una vida".


*El texto forma parte del libro “Vosotros, argentinos”, de Beatriz Rueda Moreta, editado en 2016

Foto: Télam

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